RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

jueves, 22 de enero de 2015

EL SANTO ÁNGEL CUSTODIO DE ESPAÑA


ELEMENTOS DE UNA DEVOCIÓN NACIONAL


Manuel Fernández Espinosa


Dedicado a la memoria de D. Juan Párraga Barranco,
sacerdote de Cristo y devoto del Ángel de la Guarda,
que pasó a mejor vida en Enero de 2015.
 
Requiem aeternam dona ei Domine, Et lux perpetua luceat ei.
 


Dionisio Areopagita afirma que, según las Sagradas Escrituras, son nueve los nombres de todos los seres celestes y alega la clasificación de su maestro Hieroteo de Atenas que establecía tres jerarquías de tres órdenes cada una: Tronos, Querubines y Serafines; Potestades, Dominaciones y Virtudes; Ángeles, Arcángeles y Principados. Y añade Dionisio Areopagita que: "...los ángeles velan por nuestra jerarquía humana como lo refiere la Escritura. A Miguel le llaman el príncipe del pueblo judío, y designan diferentes ángeles para gobernar otras naciones, porque el Altísimo estableció los términos de los pueblos según el número de los ángeles".
 
Es una de las primeras referencias de la tradición cristiana para constituir la doctrina sobre los ángeles y, en el punto que ahora nos interesa, la de esos ángeles custodios de las naciones.
 
Los tres niños a los que se apareció la Virgen María en Fátima también dieron testimonio de haber recibido tres visitas de un "Ángel" que, como nos cuenta Sor Lucía dos Santos (1907-2005), se presentó como ángel de la paz, instándoles a los niños para que: "De todo lo que pidiérais ofreced un sacrificio como acto de reparación por los pecados con los cuales Él es ofendido, y de súplica por la conversión de los pecadores. Atraed así sobre vuestra patria la paz. Yo soy el Ángel de su guarda, el Ángel de Portugal...".
 
Como oportunamente indica el P. Jean Daniélou: "Entre estos nombres para el ángel custodio, el de "ángel de la paz" es especialmente venerado. La expresión aparece en la literatura apocalíptica judía, donde el ángel de la paz es el que acompaña a Enoc y le explica el significado de las visiones"*.
 
San Basilio (ca. 330-379) también pudo escribir que "Entre los ángeles, algunos están encomendados a las naciones, otros a los fieles..." ("Contra Eunomio de Cízico").
 
Fray Valentin Long (O.F.M.) podía escribir que: "Si San Miguel ha sido llamado el ángel de Israel (...) esto implica que también otras naciones disfrutan de la custodia de un ángel especial. Abiertamente [la Sagrada Escritura] declara que lo tienen los persas, y los griegos".
 
El Ángel Custodio de las naciones forma parte, por lo tanto, de la recta angelología del catolicismo, contando con una dilatadísima tradición que reposa sobre la base de la Sagrada Biblia, la Tradición Apostólica, la Patrística y muchos eminentes Doctores de la Santa Madre Iglesia. Cosa distinta es que sea un aspecto muy poco conocido en nuestros aciagos tiempos, cuando el conocimiento de nuestra propia tradición ha sufrido una considerable merma debido a muchos factores.
 
España también tiene su Ángel Custodio. Su Santidad León XII concedió a Fernando VII que la Iglesia española celebrara la Festividad del Santo Ángel Custodio de España el día 1 de octubre; los trastornos de calendario provocados por el Concilio Vaticano II movieron la festividad al 2 de octubre. En 1897 el Beato Manuel Domingo Sol fundaría la "Pía Unión de Oraciones al Santo Ángel de España". Esta Pía Unión planeó erigir un gran monumento al Ángel de España; se hizo una imagen a manera de boceto y todavía se la venera en una capilla lateral de la iglesia de San José de Madrid (calle Alcalá, 43). que fue inaugurada el 12 de mayo de 1920. Pero la tradición del Ángel Custodio de España se remonta muchos siglos atrás.


Podríamos retroceder hasta los tiempos fundacionales de la Iglesia en España, pero cuando aparece con más contundencia la figura del Santo Ángel de España será en la Reconquista. Justamente, dos obras literarias de nuestro Siglo de Oro nos presentan al Ángel de España auxiliando a los españoles en la guerra divinal contra los enemigos invasores. Dichas obras literarias fueron escritas en el siglo XVII, pero su acción transcurre en la Edad Media. La primera de ellas es "El Bernardo o la victoria de Roncesvalles", cuyo autor fue Bernardo de Balbuena (1568-1627), Obispo de San Juan de Puerto Rico. Se trata de una epopeya en octavas reales que, si no se conoce lo suficiente bien pueda deberse a que fue escrita en 24 libros. Aquí se nos presenta al Ángel de España brindando ayuda a los españoles contra las tropas de Carlomagno.


La segunda de las obras literarias en las que vuelve a aparecer el Ángel de España es en el auto sacramental (de exaltación eucarística y nacional) que escribió D. Pedro Calderón de la Barca, posiblemente en 1637, titulado "La devoción de la Misa" (texto completo del auto sacramental enlazado). El argumento de este precioso auto sacramental lo presta la victoria sobre Almanzor que alcanzó Garci Fernández (938-995), conde de Castilla e hijo del legendario Fernán González. Uno de los personajes principales sobre los que se articula esta obra dramática es precisamente el "Ángel" que nos dirá de sí mismo:


"...yo, que
titular inteligencia
soy de Castilla, pues nadie
ignora que su Ángel tengan
no las repúblicas sólo,
mas las especies diversas
de frutos y animales,
como doctores asientan
defendiendo esta custodia
con nombre de presidencia".


Pensamos que las épicas intervenciones de la prominente figura de Santiago Apóstol, Patrono de España, en las lides contra el moro bien pudieron eclipsar el protagonismo del Ángel de España en muchas de las batallas de nuestra Reconquista. Pero, al igual que Santiago, San Millán, San Sebastián y otros santos que venían a combatir en nuestras huestes desde los Cielos, el Ángel de España intervino de modo crucial en el aliento y socorro de las armas hispánicas. En la batalla de las Navas de Tolosa se adjudicó al Ángel de España el haber guiado a los cristianos por los vericuetos de Despeñaperros bajo la figura de un pastor.


Y no son las únicas citas literarias que cabe mencionar sobre el Ángel de España, pero dada la rareza de las obras en cuestión, bien es cierto que el tema pasa desapercibido y parece que pocos quieren ponerlo sobre la mesa. En "L'Atlàntida" (1877) su autor Mosén Jacint Verdaguer se refiere a "l'Angel d'Espanya". Los testimonios artísticos no quedan en la poesía y la dramaturgia, también en la heráldica y en algunas representaciones plásticas; podemos indicar cierta vidriera de la capilla mayor del Seminario Diocesano de la Inmaculada y San Eufrasio de Jaén que representa al Santo Ángel Custodio con el escudo del Reino de España.


En nuestros tiempos descreídos, conviene mucho rescatar del olvido esta figura angélica que Dios nos designó como guardián de nuestra nación. Sabemos que la época no es muy propicia para la fe, pero un puñado de españoles rezando fervorosamente al Santo Ángel de España podría hacer mucho más por España que muchas de esas iniciativas que se proponen y se demuestran estériles.



BIBLIOGRAFÍA:


Dionisio Areopagita, "Obras completas" ("La jerarquía celeste"), La BAC, Madrid, 1995.

Tomás de Aquino, "Suma Teológica. II-III" ("Tratado de los ángeles"), La BAC, Madrid, 1959.

Ramon Llull, "Llibre de meravelles" ("Dels ángels"), Edicions 62, Barcelona, 1993.

Jean Daniélou, "The angels and their mission. According to the Fathers of the Church", Christian Classics, Inc. (The Newman Press), Nueva York, 1976.

Valentin Long, "The Angels in Religion and Art", Franciscan Herald Press, Chicago, 1971.

Juan S. Cla Díaz, "Fátima, Aurora del Tercer Milenio", Madrid, 1999

Pedro Calderón de la Barca, "La devoción de la Misa".

Santo Ángel de España.


* La cita del P. Jean Daniélou (S.J.) es de la traducción al inglés de su libro: "Les Anges et Leur Mission". Al no disponer de la edición original francesa, cito "The Angels and their Mission. According to the Fathers of the Church" (Christian Classics, Inc. 1976). El pasaje en inglés que traduzco al español dice: "Among these names for the guardian angel, that of "angel of peace" is especially venerable. The expression appears in the Jewish apocalyptic literature, where the angel of peace is the one who accompanies Henoch and explains the meaning of his visions".

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